Ni
el gobierno, la justicia, la sociedad o los expertos pueden negar que
la Argentina está nuevamente viviendo un periodo pre insurreccional
que comparado con la ideología de los 70, tiene diferencias, por el
momento coyunturales, con la forma que se expresa pero en el fondo
tiene la misma metodología: violencia, amenazas, contestaciones en
todos los sectores, radicalizaciones contra el Estado de derecho, la
justicia, el orden público, todos son enemigos salvo los que
responden a las demandas de estos sectores defensores de otro modelo
de sociedad. En la Argentina actual, en los ilegales juicios de lesa
humanidad, el ejecutivo cogobierna con los defensores de las
organizaciones armadas de los 70 disfrazadas en falsas organizaciones
de derechos humanos. Los resultados de esa asociación no pueden ser,
razonablemente, objetiva y conforme a la seguridad jurídica.
Ya
habituados a estas aventuras contra el sistema democrático y los
ataques contra el grupo social de los presos políticos, el 13
diciembre pasado, la Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe
fue sede de una unidad básica combatiente de los años 70, un mitin
donde sus militantes lanzaron discursos contra el sistema en plaza en
nombre de una ideología radicalizada, sin importarles el lugar en el
que se encontraban. En ningún momento se puede pensar que esa
reunión era en el Poder Legislativo Provincial, ni por la forma de
su representación ni sobre los temas tratados. Hubo declaraciones de
dos iluminados, un parlamentario provincial y un miembro de la
organización criminal Hijos. Texto completo
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